SOLO DE... "La bohème" en el Teatro Colón, por Javier Villa


AUSPICIOSA BOHEMIA
Teatro Colón, Libertad 621.
Domingo 26 de marzo, 17.00 / Sábado 1º de abril, 20.30

La bohème, primer acto, Teatro Colón 2006.

LA BOHÈME, ópera de Giacomo Puccini. Dirección musical: Stefan Lano. Régie: Willy Landin. Escenografía: Tito Egurza. Vestuario: Daniela Taiana. Iluminación: José Luis Fiorruccio. Orquesta Estable del Teatro Colón. Coro Estable, dirección: Salvatore Caputo. Coro de Niños del Teatro Colón, dirección: Valdo Sciammarella. Principales intérpretes: Angela Maria Blasi / Olga Makarina (Mimi), Massimiliano Pisapia / Steven Harrison (Rodolfo), María José Siri / Eliana Bayón (Musetta), Gustavo Gubert / Hernán Iturralde (Marcello), Leonardo Estévez / Alejandro Meerapfel (Schaunard), Carlos Esquivel / Nahuel Di Pierro (Colline) Gui Gallardo / Juan Barrile (Benoit y Alcindoro).
El Teatro Colón inauguró su temporada lírica oficial 2006 con La bohème, una de las obras favoritas del público local. A pesar de la gran popularidad con la que cuenta esta ópera hoy en día, fue acogida fríamente en su estreno de 1896 en Turín. Sin embargo no necesitó mucho tiempo para que se convirtiera en una de las óperas más importantes del repertorio operístico. Basada en la novela Escenas de la vida bohemia de Henry Murger, esta obra presenta un verismo un tanto particular, con momentos de una cierta atmósfera “francesa” amalgamados con otros de ineludible tradición operística italiana. En cuanto a la estética particular del estilo de canto pucciniano, La bohème es una acabada muestra de grandes arias, dúos y números de conjunto, solventada en un sentido melódico-expresivo que acude de manera solidaria a la trama, particularmente en los pasajes de puro romanticismo como también en los de desesperación. Estas cualidades aparecen en la obra en forma más delineada que en otras de su notable producción. No olvidemos el rol protagónico que toma la orquesta pucciniana para recrear atmósferas y acompañar la acción con suma agilidad y sentido del discurso teatral. Su concepción del acompañamiento está en gran medida al servicio del fraseo del canto, en donde en muchas ocasiones la orquesta se plega fielmente a la línea melódica de la voz.

La versión de Stefan Lano optó por hacer una lectura que buscó la sutileza, el detalle, logrando pasajes acertados. Tal vez se echó de menos cierta pasión (cualidad “sin e qua non” de la ópera italiana) y también agilidad, ya que sus “tempi” fueron algo lentos. El desempeño de la orquesta fue de suma corrección. La puesta realizada por Willy Landin si bien no salió de los esquemas tradicionales, demostró fluidez en la acción. La marcación actoral fue de suma prolijidad, apoyada en una muy buena iluminación y en una escenografía atrayente, como fue el escenario giratorio y también la escena de Café Momus. La labor tanto del Coro Estable como del Coro de Niños se acopló dignamente a la propuesta general.

La bohème, segundo acto, Teatro Colón 2006.

El primer elenco contó con las voces de Massimiliano Pisapia y Angela Maria Blasi como Rodolfo y Mimi respectivamente. Pisapia mostró un timbre vocal atractivo, sonoro. Tal vez su interpretación careció de imaginación poética pero entregada finalmente. La soprano Angela Maria Blasi (que había interpretado a Musetta en disco) ofreció un primer y segundo actos un tanto deslucidos desde el punto de vista vocal, donde se notó la ausencia de fragilidad o melancolía, características tan ligadas a la personalidad de esta heroína pucciniana. Sin embargo, su Mimi fue creciendo en los dos actos finales en donde la parte vocal se ajustó adecuadamente a las exigencias de la partitura.

Por su parte, Gustavo Gubert mostró un buen fraseo aunque su voz no siempre se proyectó adecuadamente por la sala principal. La Musetta de María José Siri subrayó el aspecto sensual del personaje, mostrando una vez más la particularidad de su voz. Carlos Esquivel pareció reservarse para el aria del gabán en el cuarto acto, en donde finalmente apareció su voz. Gui Gallardo hizo un acertado aporte actoral, sustentado en la experiencia de su extensa carrera.

La bohème, tercer acto, Teatro Colón 2006.

La rusa Olga Makarina y el estadounidense Steven Harrison asumieron la pareja protagónica del segundo elenco. El tenor presentó problemas en su emisión, motivo por el cual fue sobrepasado por el volumen orquestal en varias oportunidades; sin embargo su interpretación se templó hacia el final de la obra. El personaje de Mimi encontró a una sensible intérprete en Makarina: su enfoque contó con buen gusto y feminidad, sin embargo en varias ocasiones a su voz le faltó cierta “anchura”, así como mayor solidez en el registro grave que se evidenció a partir del tercer acto.

El barítono Hernán Iturralde encarnó a un convincente Marcello. Su voz muy bien proyectada se escuchó sin ninguna dificultad, tal vez tuvo algún apuro en el registro agudo al comienzo del tercer acto en el dúo con Mimi. Su pareja Musetta fue asumida por Eliana Bayón la cual destacó (en contraposición a Siri) el aspecto cómico de Musetta, que sus amigos bohemios bien definen al finalizar el segundo acto. La dupla que conformo con Iturralde contó con destacados momentos actorales, como es la célebre pelea del tercer acto. Un tanto apático fue el desempeño de Nahuel Di Pierro: su voz pareció vagar por la sala del teatro y claramente a su Colline le faltó el verdadero color de bajo; de todos modos se hizo presente su agradable línea de canto.

El espectáculo mantuvo un buen nivel, en donde artistas locales y extranjeros se fusionaron para ofrecernos una interesante versión de este clásico pucciniano. Así comenzó de manera auspiciosa esta nueva temporada lírica del Teatro Colón.

Javier Villa


Fotografías de Miguel Micciche, Departamento Fotofilmación Teatro Colón.

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