La Ópera de Cámara del Teatro Colón abrió su temporada 2018 con la exhumación de una ópera de Alessandro Scarlatti, meritoria y justa reivindicación de una figura relegada del panorama musical barroco. Por Ernesto Castagnino
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ResponderBorrarsiempre el recrear este tipo de operas, trae consigo la libre interpretación del director de escena, algunas veces acertada otras no tanto. sobre ésta, la sentí bastante desacertada, por el tratamiento del personaje riccardo y el absurdo artilugio de una prótesis fálica, solo por el hecho que el compositor usó para el papel a una mujer, quizás a falta de un primo uomo castrado, según la usanza de la época. si tomáramos el concepto al pie de la letra, deberíamos reconsiderar que todas las óperas donde un papel masculino lo interpreta una mujer son un manifiesto lésbico. incluso el final de la ópera, donde riccardo herido reconoce sus errores y promete casarse con leonora, lo deberíamos interpretar como un matrimonio igualitario. bastante tirado de los pelos y muy lejos al espíritu de la obra y del tiempo en que fue compuesta.
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