Roberto Alagna en el Teatro Colón : Una noche de arias, canciones y bises

Un recital de arias operísticas poco conocidas junto a las canciones napolitanas más populares renovó los lazos de mutuo afecto entre el cantante franco-italiano y el público argentino. Por Ernesto Castagnino

 

Recital de ROBERTO ALAGNA, tenor. Junto a Irina Dichkovskaia, piano. Concierto realizado, en el marco del Ciclo Grandes Intérpretes, el martes 14 de junio de 2022 en el Teatro Colón. Arias de Lalo, Cherubini, Halévy, Verdi, Leoncavallo, canciones napolitanas y obras para piano de Chopin.

Roberto Alagna —superando ya treinta años de carrera— es uno de los tenores más populares de su generación. Su buena presencia y su matrimonio con la soprano Angela Gheorghiu fueron muy bien explotados por las casas discográficas que, durante la década del noventa y los primeros años del nuevo siglo, lanzaban grabaciones de las principales óperas del repertorio con la pareja en los roles protagónicos. El matrimonio Alagna-Gheorghiu ofreció en el Teatro Colón un recital de arias y duetos en 2012 antes de su definitiva separación. 

El recital estuvo dividido en dos partes: la primera con arias italianas y francesas y la segunda dedicada a la canción napolitana. Desde el comienzo se hicieron notorios los signos del paso del tiempo en la voz que, si bien conserva un timbre cálido y redondeado, acusa una creciente tirantez en el agudo. La compenetración del cantante con el repertorio francés se revalidó con las arias de Édouard Lalo, Luigi Cherubini y Jacques Halévy que abrieron una velada que se extendería hasta pasadas las diez de la noche.

Siguieron las arias “O figli... Ah, la paterna mano” del Macbeth verdiano y el “experimento” de cantar tres arias de Pagliacci dedicadas a tres personajes diferentes: el Prólogo (cantado por el barítono), la serenata que canta Beppe a Colombina y el archifamoso “Vesti la giubba”, a cargo de Canio. El acompañamiento del piano dejó más expuesto el esfuerzo vocal en algunos pasajes, sorteado con un fraseo aplomado y algunos efectos como ataques de nota sollozantes a lo Di Stefano.

 
Roberto Alagna en el Teatro Colón, 2022

La segunda parte del recital se abrió con una canción de cámara de Ruggero LeoncavalloSérénade française—, y entonces recordamos por qué admiramos a Alagna. Las sutilezas, los pianísimos, la belleza lírica de sus medias voces, todo estaba allí al servicio de esa pequeña pieza de cámara. Las canciones napolitanas que siguieron generaron un creciente entusiasmo en el público que comenzó a sugerirle, entre una y otra, el título de su preferencia. Pasaron las clásicas Dicitencello vuje, Na será ‘e maggio, I’te vurria vasà —otro momento destacable con el bello pianissimo final— y “Torna a Surriento” servidas en estilo y con sentimiento. 

Lo que parecía el final del concierto, fue una breve pausa para una tercera sección, de duración similar a las anteriores, en la cual el cantante ofreció nada menos que once bises. Quienes asistimos al recital de 2012 recordamos aún la bizarra situación generada al final de aquella velada cuando Alagna explicó al público que no harían bises por pedido expreso de la Dirección del Teatro, a lo cual un visiblemente incómodo Pedro Pablo García Caffi, respondió desde su palco “¡Haga lo que desee maestro!”. Esta fue, tal vez, su revancha de aquella injusta arbitrariedad, quién sabe... La generosa cantidad de bises se sucedía con un breve aplauso entre uno y otro: Ay, ay, ay, La malagueña, Piensa en mí, Musica proibita, ’A vucchella, Chanson de l’adieu, Lu me sciccareddu —la canción siciliana que un espectador le pidió—, Funiculì, funiculà, El día que me quieras —que dedicó a su abuela argentina—, O sole mio y Lamentu corsu.

El acompañamiento pianístico de la rusa Irina Dichkovskaia fue todo lo expresivo que podía esperarse en un repertorio que, indudablemente, no le es tan afín. Sus momentos solistas —tres piezas de Chopin: Nocturno, Op. 2 N° 2, Fantasía Impromptu en Do sostenido menor y el Vals, Op. 64 N° 1—  se acoplaron mejor en la primera parte que en la segunda, entre las canciones napolitanas. 


Roberto Alagna, junto a Irina Dichkovskaia, en el Teatro Colón, 2022

Una velada de reencuentro con una figura de la lírica mundial, que ofreció un repertorio variado y entretenido para un público ávido de tararear sus canciones favoritas. La generosidad de los bises dejó un sabor algo empalagoso debido a la predominancia del repertorio de la canción popular que no generó ningún contraste con la segunda parte del concierto.

Ernesto Castagnino
ecastagnino@tiempodemusica.com.ar

Julio 2022

 
Imágenes gentileza Teatro Colón / Fotografías de Máximo Parpagnoli y Arnaldo Colombaroli
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