“Einstein on the Beach” en el Teatro Colón : Una ópera sobre (y de) la modernidad

Con mucha expectativa y buenos resultados se realizó se realizó el estreno sudamericano de la primera ópera de Philip Glass gracias al ciclo Colón Contemporáneo | Por Ernesto Castagnino

"Dance 1" del segundo acto de Einstein on the Beach, Teatro Colón, 2023

EINSTEIN ON THE BEACH, ópera en cuatro actos de Philip Glass y Robert Wilson. Versión de Martín Bauer y Rodrigo de Caso. Función del miércoles 14 de junio de 2023 en el Teatro Colón, en el marco del ciclo Colón Contemporáneo. Estreno sudamericano. Dirección musical: Léo Warynski. Puesta en escena: Martín Bauer. Concepto escénico: Mariana Tirantte y Matías Sendón. Dirección cinematográfica: Alejo Moguillansky. Coreografía: Carlos Casella. Vestuario: Luciana Gutman. Electrónica: Sebastián Rivas. Elenco: Maricel Álvarez, Analía Couceyro e Iván García (Narradores), Carla Filipcic-Holm (soprano solista), Marina Giancaspro y Gustavo Lesgart (Bailarines solistas), Federico Fontán, Constanza Feldman, Eugenia Roces, Mariela Puyol, Gerardo Merlo, Ramiro Cortez, Luciana Brugall y Lucas Minhondo (Bailarines). Coro: Alejandra Cabral, Sabrina Sosa, Virginia Majorel y Annanda Samarine, sopranos; Cecilia Pastorino, Julieta Cao, Luciana Milione y Verónica Nostro, mezzosopranos, Esteban Manzano, Sebastián Barros y Ramiro de la Rúa, tenores; Federico Trillo Di Croce, Nicolás Foresti, Mariano Fernández Bustinza y Sergio Carlevaris, bajos. Ensamble: Daniel Robuschi, violín; Patricia García, flauta; Fabio Goy y María Noel Luzardo, flautas y saxos; Lautaro Abrego, clarinete; Lucas Urdampilleta y Malena Levin, órganos.

A 46 años de su estreno en el Festival de Avignon, el público argentino pudo encontrarse finalmente con esta obra fundamental del repertorio del siglo XX. La historia de su creación, tal como es narrada en las memorias del músico (Palabras sin música, Editorial Malpaso), obedeció a una serie de encuentros entre él y el dramaturgo Robert Wilson en los cuales fue surgiendo la idea de una ópera, aunque sin un plan preconcebido. En efecto, en Einstein on the Beach no hay trama narrativa ni diálogos entre personajes. Las imágenes y los textos tienen la función de evocar, de relanzar el sentido de modo que el espectador “arme” su propia obra a partir de lo que ve y escucha. Tal como la escena onírica, la ópera de Glass y Wilson se presenta como un acertijo, respecto del cual cada uno de nosotros elaborará su interpretación. La ópera está formada por cuatro actos sin intervalo entre uno y otro, separados por cinco Knee Plays intercalados entre los actos a la manera de interludio. La palabra knee (rodilla) se refiere a la función de articulación que desempeñan las rodillas. Como no hay intervalos, los autores invitan al espectador a entrar y salir de la sala con libertad durante la función.

Entre los textos —además de números y notas musicales— hay poemas de Christopher Knowles, un joven autista de 14 años con el que Wilson se había fascinado, a los que se sumaron textos breves de la coreógrafa Lucinda Childs y Samuel M. Johnson (que se encargó también de recitarlos en el estreno y las reposiciones subsiguientes). El minimalismo musical de Glass se sostiene en la reiteración de frases musicales en pequeñas unidades que evolucionan lentamente. En palabras del compositor: “Einstein on the Beach, si se analiza escena por escena, es claramente la presentación de un ciclo melódico-rítmico interactuando con una progresión armónica (primero un acorde, luego, dos, luego tres y así sucesivamente mientras progresa la pieza). La nave espacial al final representa la culminación de ese «campo unificado» de armonía, melodía y ritmo, y culmina con una cascada de escalas cromáticas ascendentes y descendentes a modo de gesto final”.

Maricel Álvarez, Analía Couceyro e Iván García en "Train 1" de Einstein on the Beach, Teatro Colón, 2023

Desde su estreno las reposiciones estuvieron supervisadas por los autores, quienes en 2018 permitieron que comenzaran a realizarse producciones que no siguieran los lineamientos de la puesta original. Es con esta premisa que Martín Bauer reunió un equipo que incluyó a Mariana Tirantte y Matías Sendón en el concepto escénico, a Alejo Moguillansky en las proyecciones y Carlos Casella en la coreografía. La propuesta, sin alejarse radicalmente de la puesta original, recreó algunas ideas e incorporó como eje central la referencia cultural e histórica al cine con una edición de grandes clásicos centrados en los trenes y los juicios, dos de las ideas con las que Glass y Wilson asocian a la figura de Einstein. Una vertiginosa edición de escenas de películas de la época de oro del cine de Hollywood —con algún breve pasaje por el cine local— fue un interesante y bien realizado soporte visual, en el que las imágenes iban reiterándose e incorporando en cada repetición algún elemento nuevo, igual que la música de Glass. Otra variante fue traducir al castellano los dos textos de Samuel Johnson, espléndidamente vertidos por Iván García. Los otros textos estuvieron a cargo de las actrices Maricel Álvarez y Analía Couceyro quienes aportaron una entonación más expresiva y matizada que la que recordamos de la puesta original.

Los bailarines, vestidos con trajes de baño y anteojos de sol, nos ubicaban en la playa del título de la ópera y ejecutaron con precisión las coreografías más bien abstractas de Carlos Casella. Uno de los momentos mejor logrados de la puesta fue la escena del juicio, en la que los intérpretes iban adoptando en forma secuenciada las poses y expresiones de los personajes de la pintura “Juana de Arco en prisión” de Paul Delaroche, que se proyectaba sobre cuatro pantallas ubicadas arriba de cada uno.

La dirección musical de Léo Warynski estuvo a la altura del acontecimiento, ofreciendo una versión intensa, compenetrada y rítmicamente irreprochable. La complejidad de la partitura es enorme y la comprensión cabal de los desafíos por parte del director francés logró que —a pesar del “permiso” de salir y entrar de la sala cuando el espectador lo desee— gran parte del público se mantuviera pegado a la butaca durante las casi cuatro horas de ejecución. Una mención especial merece el coro de 15 voces que, desde el foso de la orquesta, brindó momentos de gran belleza sonora y una energía que no decayó en ningún momento. Cumplió el violinista Daniel Robuschi en sus no pocos momentos solistas (en la puesta original ejecutaba el instrumento caracterizado como Albert Einstein) mientras que la soprano Carla Filipcic-Holm tuvo a su cargo otro de los puntos altos de la velada: las hipnóticas vocalizaciones sin texto de la sección “Bed” en el acto cuarto, a las que la cantante argentina aportó sensualidad y morbidez.

"Trial" del primer acto de Einstein on the Beach, Teatro Colón, 2023

La obra se cierra, luego de la gran explosión atómica, en una suerte de parábola. En esta gran metáfora sobre la modernidad, la ciencia y el exterminio, Glass y Wilson decidieron finalizar con un mensaje más bien optimista en el cual Eros prevalece sobre Tánatos. Un poético texto sobre el amor, recitado en forma conmovedora por Iván García, mientras todos los integrantes de la producción iban apareciendo en el escenario y saludándose afectuosamente.

Con una magnífica versión musical y una propuesta escénica que tuvo algunos momentos altos y otros menos, el estreno sudamericano de la primera ópera de Philip Glass se perfila como uno de los hitos musicales de este año.

Ernesto Castagnino
ecastagnino@tiempodemusica.com.ar
Junio 2023


Imágenes gentileza Teatro Colón / Fotografías de Máximo Parpagnoli y Arnaldo Colombaroli
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