La precisa dirección musical, un planteo escénico simbolista y la solidez del elenco vocal conformaron una gran versión de la ópera de Richard Strauss | Por Ernesto Castagnino
SALOME, ópera un acto con música de Richard Strauss y libreto adaptado por el compositor basado en la tragedia homónima de Oscar Wilde. Nueva producción del Teatro Colón. Función del jueves 30 de octubre de 2025 en el Teatro Colón. Dirección musical: Philippe Auguin. Director de escena: Bárbara Lluch. Escenografía: Daniel Bianco. Vestuario: Clara Peluffo. Iluminación: Albert Faura. Reparto: Ricarda Merbeth (Salome), Egils Siliņš (Jochanaan), Norbert Ernst (Herodes), Nancy Fabiola Herrera (Herodias), Fermín Prieto (Narraboth), Daniela Prado (Paje de Herodias), Santiago Martínez (Primer judío), Pablo Urban (Segundo judío), Iván Maier (Tercer judío), Andrés Cofré (Cuarto judío), Iván García (Quinto judío), Sergio Wamba (Primer nazareno), Marcelo Monzani (Segundo nazareno), Agustín Albornoz (Primer soldado), Claudio Rotella (Segundo soldado), Walter Schwarz (Un capadocio), Mariana Carnovali (Un esclavo). Orquesta Estable del Teatro Colón.
En 1890 Oscar Wilde quedó, en París, profundamente impresionado ante la pintura de Gustave Moreau La aparición (1877), en el que se representa a Salomé en éxtasis señalando la cabeza sangrante del Bautista. De ahí el impulso para escribir una pieza teatral que tuviera como protagonista a esa adolescente arrojada a una espiral de erotismo y violencia. Publicada en francés en 1893, la primera escenificación se realizó en París en 1896. Unos años más tarde, precisamente en 1902, Richard Strauss asistió a una puesta escénica del drama de Wilde en Berlín causándole tal impresión que decidió transformarlo en ópera. En junio de 1905 dio por finalizada la partitura fijándose su estreno para diciembre de ese año en Dresde.
La música no se limita a crear una atmósfera exótica y oriental, sino que toma al espectador por completo sumergiéndolo en ese frenesí de pulsiones eróticas y tanáticas junto con los personajes. En términos armónicos Strauss echa mano de una amplia gama de tonalidades, así como el uso del cromatismo. En el clímax dramático —la escena final donde Salomé besa la cabeza cortada de Juan el Bautista— el compositor introdujo un acorde disonante que fue muy comentado por la crítica musical del momento, describiéndolo como “el acorde más repugnante de toda la historia de la ópera”, una “disonancia que hace época con la que Strauss lleva a Salomé... a lo más profundo de la degradación”, y “la quintaesencia de la Decadencia: aquí el éxtasis cae sobre sí mismo, despedazándose hacia el abismo”.
Bárbara Lluch, a quien conocimos en 2017 por su reposición de la puesta de Kasper Holten de La prohibición de amar de Wagner, debutó en el Teatro Colón con una producción propia. Su propuesta escénica prescindió de referencias temporales o geográficas para centrarse en el enigma psicológico de los personajes. Un dispositivo escenográfico ideado por Daniel Bianco a partir de unos discos concéntricos en torno a la fosa donde está cautivo el profeta, creaban diferentes alturas evocando visualmente la idea de una espiral en la que están atrapados los personajes. La paleta de colores se basó en el contraste entre blanco, negro y rojo. Aunque algunos simbolismos resultaron algo simplones —como el pasaje de niña a mujer en la danza de los siete velos o la mano de dios cayendo a modo de castigo bíblico en el acorde final— el trabajo profundo sobre la gestualidad y expresividad de los personajes rindió sus buenos frutos.
La voz incandescente de Ricarda Merbeth le permitió caracterizar vocalmente a la princesa adolescente, con esa mezcla de animalidad y refinamiento que la convierte en uno de los roles más complejos del repertorio. La soprano alemana posee el metal ideal para hacer frente al desafío que impuso el propio compositor al definir que quien asumiera el rol de Salomé debía poseer la voz de una Isolda de dieciséis años: tarea imposible si las hay… El desafío más grande es no representarla como una nena caprichosa sino como una joven transitando por un borde en el que sensualidad y violencia se entrelazan y la impulsan a actuar. Merbeth consiguió mostrar ese contradictorio vaivén entre la furia y la embriaguez erótica con un metal bien timbrado y presencia escénica.
Egils Siliņš tuvo a su cargo el rol de Juan el
Bautista, encarcelado por Herodes. El bajo barítono letón posee una voz potente
y bella, haciendo que las advertencias y exhortaciones del profeta desde su
cautiverio sonaran estremecedoras. El rol de Herodes Antipas tuvo en la voz de Norbert Ernst el vehículo ideal. El
tetrarca de Judea transita a lo largo de la obra un arco que va desde la
lascivia por su hijastra-sobrina al horror que le presenta la imagen de la
cabeza cortada del profeta siendo besada por ella, Ernst consiguió llevar adelante esa transición con buenos
resultados. La mezzosoprano Nancy
Fabiola Herrera realizó una buena interpretación de Herodías, sensual y a
la vez decadente. Completaban el elenco las buenas actuaciones de Fermín Prieto como Narraboth, el jefe
de la guardia embelesado por la princesa, y Daniela Prado como el temeroso paje de Herodías.
Philippe Auguin fue responsable de una dirección musical precisa en los detalles y contundente en el conjunto. El impacto sonoro de la avasallante orquestación straussiana debe sentirse en el cuerpo, arrastrando al espectador al torbellino emocional que comienza con el primer acorde y no se detiene hasta el último. La batuta de Auguin junto al excelente desempeño de la Orquesta Estable lograron el objetivo.
En síntesis, la nueva producción de la tercera ópera estrenada por Richard Strauss, dejó una excelente impresión en lo musical en una versión escénica muy lograda.
Ernesto
Castagnino
ecastagnino@tiempodemusica.com.ar
Noviembre
2025
Para
agendar
La
temporada lírica del Teatro Colón
continuará el 18 de noviembre con ocho funciones de la ópera La traviata de Giuseppe Verdi. Se
alternarán en la dirección musical Renato
Palumbo y Beatrice Venezi, en
tanto la dirección escénica será de Emilio
Sagi. Se alternarán en los roles protagónicos Hrachuhi Bassenz, Zuzana Markova y Laura Pisani
(Violetta Valéry), Liparit Avetisyan, Klodjan Kaçani y Diego Bento (Alfredo Germont), Vladimir Stoyanov, Omar Carrión y Leonardo López Linares (Giorgio Germont).
Entradas en venta en www.teatrocolon.org.ar
o en la boletería (Tucumán 1171).
Imágenes
gentileza Teatro Colón / Fotografías de Lucía Rivero y Juanjo Bruzza
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