La agrupación alemana especializada en el repertorio barroco ofreció una estimulante versión del oratorio handeliano como cierre de la temporada del Mozarteum Argentino | Por Ernesto Castagnino
EL MESÍAS, oratorio en tres partes de George Frideric Handel (versión de Dublín, 1742). Concierto del lunes 4 de noviembre en el Teatro Colón, organizado por Mozarteum Argentino. Internationale Bachakademie Stuttgart - Gaechinger Cantorey. Director: Hans-Christoph Rademann. Solistas: Verónica Cangemi, soprano; Marie Henriette Reinhold, contralto I; Jonathan Mayenschein, contralto II; Benedikt Kristjánsson, tenor; Tobias Berndt, bajo.
Cuando se piensa en el género del oratorio el primer nombre que emerge es el de George Frideric Handel. Resulta cuanto menos curioso que, de los más de treinta ejemplos que dejó en ese terreno, su oratorio más interpretado y celebrado sea el más atípico, comparado con el resto de su producción. El oratorio handeliano se desarrolló en paralelo a su producción operística y, en muchos casos, los límites son difusos. El ímpetu dramático y la presencia de acciones escénicas hace que muchos de ellos se clasifiquen como oratorios solo por el uso de la lengua inglesa —la ópera se representaba exclusivamente en italiano—, la presencia del coro —ausente en el género operístico según el canon italiano— y los argumentos extraídos de la Biblia o de la hagiografía cristiana. Ninguno de esos tres puntos impide que en los hechos funcionen como verdaderas óperas, a punto tal que de un tiempo a esta parte es común encontrarlos programados dentro de las temporadas líricas y representados con montaje escénico. Un ejemplo reciente es la puesta escénica realizada por Alejandro Tantanian de Theodora en la temporada 2021 del Teatro Colón.
A diferencia de sus hermanos, en El Mesías —estrenado en Dublín en 1742— no hay argumento ni personajes, se trata de textos bíblicos elegidos por su referencia a la figura del Mesías: su llegada, su pasión y su resurrección. Al carecer de acción dramática, los recitativos son casi inexistentes, pero en su lugar —y quizás allí se encuentre la clave de su éxito— la cantidad de números corales es más elevada que lo habitual. El ensamble Gaechinger Cantorey, perteneciente a la Academia Internacional Bach de Stuttgart, fue fundado en 1954 por Helmuth Rilling, quien lo dirigió hasta 2013 cuando lo sucedió Hans-Christoph Rademann. Además de interpretar y realizar grabaciones de la obra de Johann Sebastian Bach, el ensamble aborda compositores del siglo XIX como Beethoven o Mendelssohn, e incluso ha estrenado obra de músicos contemporáneos como Arvo Pärt y Wolfgang Rhim.
El protagonista indiscutido de este concierto fue el coro conformado por veinte voces —cinco por cada sección— que cumplió con creces las expectativas. El brío con el que abordó “For unto us a Child is born”, la articulación admirable en “And He shall purify” y la melancólica delicadeza en “Since by man came death” son apenas algunos de los momentos más destacables de una actuación notable y la muestra de la riqueza de contrastes en una época en la que el parámetro de una buena actuación coral pareciera ser el cantar forte.
Los cuatro solistas cumplieron con destreza y conocimiento del estilo, aportando sobrias ornamentaciones. El tenor Benedikt Kristjánsson posee un instrumento ideal para este repertorio y así lo demostró desde su aria de entrada “Ev’ry valley shall be exalted”. El aria para bajo “The trumpet shall sound” encontró en Tobías Berndt un vehículo ideal para expresar la pompa —Pomposo, ma non allegro es la indicación del propio Handel en la partitura— con la que se anuncia la Resurrección, acompañado por el bello y natural sonido de la trompeta ejecutada por Hans-Martin Rux-Brachtendorf. La soprano Verónica Cangemi ofreció una vocalidad más expansiva que sus compañeros, mientras que Marie Henriette Reinhold, con una voz de proyección más modesta, cumplió con gran corrección en los momentos solistas para mezzosoprano.
El ensamble instrumental ofreció una excelente interpretación con criterios historicistas, permitiendo siempre que el texto cantado sea inteligible. Rademann sostuvo un interesante equilibrio entre la sobriedad y los acentos dramáticos. Sus tempi vivaces otorgaron fluidez y su lectura apuntó a brindar un sentido integral a la obra, que en numerosas ocasiones queda convertida en una serie de números solistas populares reunidos. Un brillante cierre de temporada para Mozarteum Argentino.
Ernesto Castagnino
ecastagnino@tiempodemusica.com.ar
Noviembre 2024
Para agendar
El Mozarteum Argentino anunció su temporada 2025 que incluye
la presencia de importantes solistas y conjuntos internacionales. En mayo, un
concierto con el Fauré Quartett y otro con la vuelta del pianista argentino
Nelson Goerner con el Festival Strings Lucerne. En junio también regresa el fabuloso
tenor mexicano Javier Camarena para un recital. En julio será el turno de la Concertgebouw
Chamber Orchestra y la violinista Antje Weithaas, mientras que en septiembre
será el debut de la pianista estadounidense Claire Huangci. Dos conciertos habrá en
octubre: en el primero, la extraordinaria violinista Hilary Hahn se
presentará con la Kammerphilharmonie Bremen, y luego otro concierto con los Salzburg
Chamber Soloists junto al Constanze Quartet. El cierre de la temporada será en
noviembre con el Estonian
Philharmonic Chamber Choir y la Tallinn Sinfonietta.
Fotografías de Liliana
Morsia, gentileza Mozarteum Argentino
Seguinos en www.x.com/TdMargentina y www.facebook.com/tiempodemusica.argentina
__________
Espacio de Opinión y Debate
Estuviste en este concierto, ¿cuál es tu opinión? ¿Coincidís con este artículo? ¿Qué te pareció? Dejanos tu punto de vista aquí. Hagamos de Tiempo de Música un espacio para debatir.
Comentarios
Publicar un comentario
IMPORTANTE: Dada la posibilidad de comentar en forma anónima, no se aprobarán comentarios que contengan agravios o ataques personales.